jueves, 26 de julio de 2007

CHARLA SOBRE EL CÓDIGO DE ÉTICA JUDICIAL Y LA PARTICIPACIÓN DEMOCRÁTICA ANTE ESTUDIANTES DE COLEGIO

En el marco de la Semana de la Democracia “Construyendo ciudadanía en comunidad”, organizado por el Colegio Los Tulipanes, el miércoles 25 de julio se realizó una charla entre Semillas para la Democracia y estudiantes de 8º grado a 2º curso. El objetivo era debatir sobre la necesidad de la participación ciudadana en un sistema democrático y el Código de Ética Judicial como una herramienta capaz de hacer efectiva esa participación en el control a las autoridades judiciales.

Durante el encuentro unos 50 estudiantes expusieron sus puntos de vista sobre la situación actual del país, señalando a la corrupción política, desigualdad en el acceso a riquezas, ejercicio del poder concentrado en una élite, problemas en los servicios de educación y salud como elementos que durante la llamada “transición a la democracia” no se consiguieron solucionar, lo cual genera la desmotivación, inseguridad y desorganización de la ciudadanía, dificultando las chances de cambiar esta situación.

Entrando a la importancia del Código de Ética Judicial, hubo un análisis del contexto en que surge, como la falta de credibilidad hacia el sistema democrático, las instituciones en general y en particular la justicia, que se pudieron palpar en hechos como el ausentismo en las últimas elecciones municipales (70%) y la movilización de la ciudadanía para no acatar una sentencia en el caso Ykuá Bolaños. Con las sanciones logradas en base al Código de Ética Judicial desde su puesta en vigencia en el 2006, con varios jueces e incluso Ministros de la Corte sancionados, se fue introduciendo la ética en la gestión judicial y una herramienta al servicio de la ciudadanía fue ganando credibilidad.

En el debate se remarcó que la participación y organización ciudadana son fundamentales en la democracia, pues solo de esta manera se podrá lograr un cambio en las relaciones entre el Estado y la ciudadanía, pues no existe un vínculo de control de gestión y decisiones en los destinos de la cosa pública, lo cual permite la corrupción generalizada en su manejo. Se pudo ver como la participación en las elecciones no es suficiente para incidir, por lo que ésta debe darse constantemente.


En ese sentido, José Tomás Sánchez (SPD) señaló que “el Código de Ética Judicial es una herramienta que permite cambiar la relación entre la gente y sus autoridades, en este caso los jueces, que ahora pueden ser controlados, dándose una situación que debe ser normalizada en una democracia, pues el control de la gente por las autoridades es lo normal en las dictaduras”. El Código de Ética Judicial permite que la ciudadanía incida en la gestión judicial, pues cualquiera está habilitado a realizar denuncias, sin la necesidad de patrocinio de abogados y con resguardo de su identidad.
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Semillas para la Democracia lleva a cabo la propuesta “Por una ciudadanía activa con jueces éticos”, que busca promover la participación ciudadana para introducir la ética en la gestión de la justicia, mediante el Código de Ética Judicial. Esta iniciativa se realiza gracias al apoyo del Centro de Información y Recursos para el Desarrollo (CIRD) y la Agencia del Gobierno de los Estados Unidos de América para el Desarrollo Internacional (USAID).

lunes, 16 de julio de 2007

LA ÉTICA EN EL EJERCICIO DEL PERIODISMO

(Publicado en ABC Color el día 15 de Julio de 2007. La difundimos por considerla de interés en el debate de la ética en el ejercicio de toda profesión).

Nuestra profesión no puede ser ejercida correctamente por nadie que sea un cínico. Es necesario diferenciar: una cosa es ser escépticos, realistas, prudentes. Esto es absolutamente necesario; de otro modo, no se podría hacer periodismo. Algo muy distinto es ser cínicos, una actitud incompatible con la profesión de periodista.

El cinismo es una actitud inhumana, que nos aleja automáticamente de nuestro oficio, al menos si uno la concibe de una forma seria... (Ryszard Kapuscinsky en Los cínicos no sirven para este oficio).
Las veces que salta en público el tema de la ética en la prensa, me acuerdo del escritor y periodista polaco, Ryszard Kapuscinski. En toda su vida no ha hecho otra cosa que procurar la vigencia de unos medios de comunicación respetuosos de la opinión pública. Naturalmente, a partir de profesionales que valorizan la ética y la ejercen por encima de cualquier otra consideración.
El diccionario de la Real Academia Española da esta definición: cínico, ca// 3. Impúdico, procaz. // 4. Que muestra cinismo, desvergüenza en el mentir. (Las dos primeras acepciones que omito están referidas a la escuela de los cínicos, que nació de la división de los discípulos de Sócrates).
Obviamente, el escritor polaco se refiere a los periodistas que no tienen vergüenza “en el mentir” y que son impúdicos y procaces. Personas así no sirven para el oficio de periodista. En rigor, una mala persona nunca será buen periodista. En sus escritos aparecerá siempre su índole perversa, que echará sombras, sin justificación, sobre el honor de sus semejantes; distorsionará la verdad en busca de satisfacer sus prejuicios; desechará cualquier prueba que se oponga a sus designios; aceptará cualquier rumor, o lo inventará, como apoyo a sus ideas preconcebidas.
El estudiante de periodismo, junto con las materias técnicas, deberá incorporar valores. Tiene que preocuparse desde temprano por la ética. La ética es la parte de la filosofía que ayuda a los periodistas a determinar qué es lo correcto en su actividad como tales. Es principalmente una ciencia normativa de la conducta, autodeterminada. “Aunque está relacionada con el derecho, es de naturaleza distinta. Aunque el derecho surge muy frecuentemente de los valores éticos de la sociedad en determinado momento histórico (es decir, el derecho refleja con frecuencia la ética), es algo determinado por la sociedad y cuyo cumplimiento es socialmente impuesto. La ética, en cambio, está determinada personalmente y su cumplimiento es exigido por la propia persona, o debe serlo. La ética tiene que brindar al periodista ciertos principios o pautas básicas mediante los cuales juzgar si sus acciones son buenas o malas, correctas o incorrectas, responsables o irresponsables (...). La ética es primariamente personal; la ley es primariamente social. Aunque el terreno de la ética periodística es movedizo y resulta difícil pisar en él con firmeza, hay puntos sólidos en los que la persona puede afirmarse en su jornada a través del difícil panorama de la vida” (John C. Merril. Ética y Periodismo).
Estos puntos sólidos son la honestidad, la coherencia, la firmeza. Pueden agregarse también la decencia, la cordialidad, la humildad. Nada es tan chocante como el periodista que, dueño de algún talento y a veces ni eso, vive en permanente pose de genio póstumo. Ser amable permite, entre otras cosas, crear el clima adecuado para que el entrevistado se sienta cómodo y dispuesto a responder las preguntas.
La responsabilidad del periodista es ser técnicamente eficiente y éticamente correcto.
LA DELICADA TAREA DE AYUDAR
El periodista español, Carlos González Reigosa, en su libro El periodista y su circunstancia expresa: “Hoy como ayer, le corresponde a los informadores la delicada tarea de ayudar a los ciudadanos a entender -y encontrar sentido- a los hechos complejos que ocurren a su alrededor. Hoy, como ayer, les corresponde desenmascarar la mentira, la falsedad, la exageración, en fin, la trapacería, la corrupción, la pérdida de libertades, etc. Porque, si no le corresponde esta misión a los medios informativos ¿a quién le corresponde? (...) Que el pueblo entienda mejor: este es el verdadero poder de los medios. Hacer que la gente pueda comprender y, en virtud de ello, actuar”.
Con la gran revolución electrónica crece la necesidad de la ética periodística en razón de su enorme difusión.
Vuelvo a Kapuscinski: “Las nuevas tecnologías facilitan enormemente nuestro trabajo, pero no ocupan su lugar. Todos los problemas de nuestra profesión, nuestras cualidades, nuestro carácter artesanal, permanecen inalterables. Cualquier descubrimiento o avance técnico puede ocupar el espacio de nuestro trabajo, de nuestra dedicación al mismo, de nuestro estudio, de nuestra exploración y búsqueda”.
También la necesidad de ejercer la ética permanece inalterable. Sin ella no será posible cumplir con los enunciados del nombrado González Reigosa. El periodista mentiroso no podrá desenmascarar la mentira ni la falsedad, ni denunciar la trapacería ni la corrupción.
En periodismo se miente de dos maneras: diciendo mentiras y callando verdades. Muchas veces se cae en la tentación de mentir o de callar verdades cuando el periodista pone su ideología por encima de su deber de informar con responsabilidad. Si no asume que el único patrón que tiene el periodista es el lector, vivirá como Arlequín “servidor de dos patrones”.
UNA PRENSA LIBRE Y RESPONSABLE
Ya en 1947, en los Estados Unidos de Norteamérica, se publicó “Una prensa libre y responsable”, informe elaborado por la Comisión sobre la Libertad de Prensa, conocida también como “Comisión Hutchins”, en alusión a su presidente, Robert M. Hutchins, entonces rector de la Universidad de Chicago. En sus cinco recomendaciones fundamentales brindaba la teoría de la responsabilidad:
1. La prensa debe brindar una información veraz, integral e inteligente de los sucesos cotidianos en un contexto que les infunda significado.
2. La prensa debe proporcionar un foro para el intercambio de comentarios y críticas.
3. La prensa tiene que proyectar una imagen representativa de los grupos que constituyen la sociedad.
4. La prensa debe presentar y esclarecer los fines y valores de la sociedad.5. La prensa debe proporcionar acceso pleno a las informaciones cotidianas.
Estas propuestas -que resumen el ideal del buen periodismo- necesitan para su concreción que los profesionales de la prensa tengan una vigorosa conciencia ética. Esta le apartará de la trampa de transcribir únicamente los dictados de su coranzoncito, con olvido de la razón que exige brindar “una información veraz, integral e inteligente de los sucesos cotidianos”.

Alcibiades González Delvalle

MIGUEL ANGEL CIURO CALDANI - C/V Resumido

Abogado (1962). Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales. Licenciado en Ciencias Políticas y Diplomáticas. Doctor en Ciencias Políticas y Diplomáticas. Profesor titular de Introducción al Derecho, Filosofía del Derecho y Derecho Internacional Privado en la Universidad Nacional de Rosario (UNR).

Profesor de diversos posgrados de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la UNR. Director del Departamento de Posgrado de la Facultad de Derecho de la UBA. Investigador principal del CONICET. Director del Centro de Investigaciones de Filosofía Jurídica y Filosofía Social y el Centro de Estudios Comunitarios de la Facultad de Derecho de la UNR. Ex presidente de la Asociación Argentina de Derecho Internacional y de la Asociación de Estudios sobre la Comunidad Europea en la Argentina (ECSA-Argentina).

Es miembro de diversas academias, ha participado en numerosas reuniones científicas y es autor de varios centenares de publicaciones, en el país y el extranjero.
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Acceda desde aqui a dos de sus trabajos:
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- FILOSOFÍA Y SISTEMA DEL DERECHO DE LA INTEGRACIÓN El complejo problemático del Derecho de la Integración. Hacia la autonomía científica del Derecho de la Integración. (Publicado en la página web de la Escuela Superior de Derecho. Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires).
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- REFLEXIONES INTEGRATIVISTAS SOBRE LA SEGURIDAD. Filosofía de la Seguridad. (Publicado en la página web de la Escuela Superior de Derecho. Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires).